Últimos dinastas locales y la hegemonía de Caria


La derrota de la Liga de Delos en Licia significó el regreso al ámbito político del Imperio Persa, con Janto como centro local, al menos en un primer momento. De este modo, se puede ver a los dinastas de Janto colaborando para reprimir rebeliones durante el reinado de Darío II de Persia, observándose así una marcada tendencia pro persa. Aun así, en la "Estela de Janto", erigida para conmemorar la victoria sobre los atenienses, no sólo aparecen los dinastas de Janto (Kheriga y Kherei, de la dinastía de Kuprlli), sino que cobran importancia los de otras ciudades. En las décadas siguientes, se viviría en Licia un estado de guerra abierta entre dinastas locales, significando la caída de la dinastía de Kuprlli el desplazamiento de Janto a un segundo plano. Hacia 380, Pericles de Limira rompió con los persas y se impuso militarmente sobre toda Licia, implantando una suerte de "dictadura militar" y llegando a proclamarse rey. Es probable que Pericles haya sido el artífice de la participación licia en la rebelión de los sátrapas occidentales (366-360 a. C.).

Las evidencias numismáticas a Pericles finalizan hacia el 360 a. C. Desde entonces, Licia entró en la esfera de influencia de la Dinastía Hecatómnida de sátrapas de Caria. Mausolo, uno de sus miembros, participó en la rebelión de los sátrapas, pero luego regresó al lado del rey, siendo tal vez premiado con la anexión de Licia a sus dominios. En una estela trilingüe (licio, griego y arameo) hallada en el santuario de Leto (el Letoon) de Janto, Pixódaro, denominado "sátrapa de Caria y Licia", interviene en los asuntos religiosos locales.

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